Génesis Barrando, de 20 años, llama por teléfono a su madre, Olga Barrando, para decirle que después del trabajo irá esa noche, viernes 14 de mayo, a cenar con una compañera y su supervisor. Horas después, le envía un mensaje de texto y le explica que la colega la llevará a la casa.
— Ella siempre me informa, me dice “mamá voy a estar en tal lugar”. Pero esa noche no llegaba. Cuando me dijeron que no contestaba el teléfono, que no sabían nada de ella, yo me preocupé.
Pasan las horas y Génesis no llega. A las 11:48 de la noche entra un mensaje al celular de la mamá, según consta en un reportaje de la estación local de Univisión:
— Hola, Olga, soy la amiga de Génesis, del trabajo, me llamo Michelle. Trabajamos a las 6 de la mañana, se va a quedar a dormir conmigo ¿sí? ¿está bien?.
Es sábado 15 de mayo. Su hija no aparece, tampoco contesta el teléfono. Llaman a las amigas, a conocidos, visitan sus casas.
A las 8:27 de la noche, la madre escribe un mensaje de texto a Michelle, la persona que aparentemente le avisó que Génesis se quedaría a dormir en su casa:
— Disculpa, dime, ¿está Génesis contigo? Porque no me contesta y no sé nada de ella. ¿Está allí?, para reportarla que no aparece.
De acuerdo con Olga Barrando, Michelle le contesta la llamada y le comunica que a su hija la deja en una estación de gasolina entre el periférico 610 y la carretera 90, alrededor de la 1:20 de la madrugada de ese sábado.
Al siguiente día, el domingo 16 de mayo, la madre se acerca a una dependencia policial a reportar el incidente en la división de personas desaparecidas. Piensa que algo malo le puede haber sucedido. Se une Texas Equusearch, organización especialista en la búsqueda de personas desaparecidas. La buscan en diques, desagües, hospitales, clínicas, morgues.
La familia confecciona volantes con la fotografía y rasgos de Génesis: cabello y ojos marrones, hispana con 140 libras de peso y una altura de 4 pies y 11 pulgadas. Ellos esperan que alguien dé información relevante sobre su paradero.
En otro reportaje de la misma estación de televisión, aparece Olga Barrondo compungida. Pide ayuda para encontrar a su hija. En la intersección donde presuntamente dejaron a Génesis, la madre se acerca a los automóviles que esperan a que cambie la luz del semáforo: reparte volantes.
El novio de Génesis, Ángel Rondón, asegura haber recibido un mensaje de texto de la noche del viernes. Génesis le cuenta que está ebria, que quizás le pida que la vaya a recoger. Rondón insiste en que el mensaje lo tomó por sorpresa, porque “ella no toma”.https://laesquina.bulletin.com/common/referer_frame.php
A los pocos días de la desaparición, Tim Miller, con Equusearch, informa a los medios que se han encontrado los zapatos de Génesis a pocos metros de la gasolinera.
La madre está desesperada.
— No dormía, no comía. Siempre me la pasaba pidiéndole a Dios, porque yo presentía que ella estaba viva. Me decía “si no está en ningún lado, ella está viva”.
Una semana después desde la desaparición de Génesis, su hermano le comenta a la mamá de sus tatuajes: una flor y el nombre de Olga en el lado izquierdo del pecho y en la mano derecha, respectivamente. Llaman a los detectives con esas pistas.
Pocos días después, el 24 de mayo, el hijo llama por teléfono a la madre y le dice:
— Ve corriendo al hospital, parece que encontraron a Génesis, ve a identificar si es ella y nos avisas
Es ella.
— Gracias a Dios la encontré, no como yo quería, pero la encontré. Estaba irreconocible. Me dijeron que casi no llega con vida. Quedó dañada.
Su hija está en estado de coma. Le explican que a Génesis la trasladan a ese hospital alrededor de las 2:20 de la madrugada del sábado 15 de mayo, porque fue arrollada por un camión en la intersección donde aparentemente la habían dejado.
— Las investigaciones continúan, porque queremos llegar al fondo del asunto. Quiero saber la verdad, qué le hicieron, qué fue y quién fue. Yo ahora desconfío de todo. No le deseo a nadie lo que me pasó con ella.
Génesis Barrondo deja el hospital el 22 de julio y sigue su recuperación en casa. Cumple 21 años en diciembre.
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