Quisiéramos tener ya una respuesta y que todo se haya resuelto, pero les recuerdo que aún falta para que la justicia se haga cargo de Mauricio Chávez y Giorgio Benvenuto, los autores de esta trama que planificaron durante varios años.
Ambos trabajaron en ese proyecto que fue diseñado, presuntamente, para ayudar a la gente, a la comunidad hispana, a los indocumentados. Nos vendieron sueños a cambio de los ahorros de toda una vida. Y lo lograron.
Convencieron a miles y nos embaucaron. Prometieron que lograríamos la estabilidad financiera que jamás podríamos alcanzar sin la ayuda de CryptoFX.
No somos pocos los que caímos rendidos ante sus engaños. Según la Comisión de Bolsas y Valores de Estados Unidos (SEC), que ahora mismo tiene un proceso judicial abierto en una Corte Federal de Houston (Texas), somos aproximadamente 40.000 víctimas.
Las autoridades señalan que Crypto FX logró recaudar más de 300 millones de dólares gracias a nosotros, los presuntos inversionistas.
Pero, reitero, Chávez y Benvenuto comenzaron esta estafa hace muchos años, cambiando de nombre a las empresas a las que llamaban academias que iban formando cada vez que se les caía el teatrito.
Y tomó también tiempo darnos cuenta que se trataba de un fraude, de que habíamos entregado el dinero que tanto esfuerzo nos costó ahorrar.
Pero le ha tomado menos tiempo a la SEC investigar los pormenores de esta farsa. La demanda generada en Texas no se hilvanó de la noche a la mañana y más bien se han ido conociendo más detalles de casos de personas en decenas de estados, desde Texas, donde todo empezó, hasta Nueva York, Louisiana, Carolina del Sur, California, Florida, Nebraska, Illinois y otros más.
Y aún así, hay gente que sigue preguntando si todo esto es verdad. Otros creen que no se ha hecho nada, cuando sabemos que se trata de un caso abierto donde no podemos esperar que el juez salga como por arte de magia a detener a todos los que estuvieron involucrados en esto.
Sabemos que hubo uno o dos cabecillas con un grupo de personas muy cercanas a ellos que conocían el plan y se llenaron los bolsillos a costa de nosotros. Pero hay que seguir manteniendo la paciencia, calmar los ánimos y esperar.
La última sesión en la Corte fue en marzo y aunque esperábamos que también se haya hecho otra en abril o mayo, solo nos queda esperar y que pronto sepamos cuáles son los siguientes pasos judiciales.
Muchos entendimos a la primera lo que estaba sucediendo una vez que supimos y leímos los documentos de la demanda, pero otros no lo han querido ver así y al día de hoy no han hecho nada.
Dicen que ¿de qué sirve? Sirve de mucho porque entonces estamos ayudando a la investigación y cooperando con la ley para que los acusados dejen de seguir actuando como lo hicieron.
Hay algunos que no se han unido a la demanda de la FTC porque los líderes y allegados a los inculpados de CryptoFX les advirtieron que no se les iba “a pagar” si lo hacían.
No es un caso fácil ni para los investigadores de la SEC ni para el FBI. Se nos dijo desde el principio que se tomaría de 18 a 24 meses y recién va menos de un año.
Me temo que ni siquiera la mitad de las víctimas han hecho lo que les corresponde. Aún sabiendo la verdad, no han actuado con integridad.
En este fraude piramidal caímos hispanos que aún, después de todo, muestran pena al aceptar que fueron víctimas de una estafa. No debería ser tan difícil aceptarlo. No avanzamos ni crecemos cuando no aceptamos los errores que cometemos.
Es muy importante para nuestras familias, reconocer cuando nos equivocamos y estar alertas para que la próxima vez no caigamos en una trampa. Vamos a orar y pedir para que se haga justicia. Nos queda esperar y aceptar que, guste o no, todos pendemos del mismo hilo.
María Guadalupe Rodríguez vive en Joliet (Illinois), es madre soltera y tiene tres hijos. Ella invirtió 25.000 dólares en CryptoFX, los ahorros que iba a usar para el enganche en la compra de una casa propia.